Traducido de Natural News por TierraPura

Durante décadas, el gobierno estadounidense y la industria dental han insistido en que añadir flúor al suministro público de agua es una forma segura y eficaz de prevenir la caries. Sin embargo, la creciente evidencia científica revela una realidad aún más oscura: el flúor es una neurotoxina que daña el cerebro en desarrollo , altera la función tiroidea y plantea graves riesgos para la salud, todo ello mientras se impone a millones de personas sin su consentimiento. Un estudio reciente, financiado por grupos de presión a favor del flúor, intenta justificar esta práctica poco ética centrándose únicamente en las caries, ignorando el daño irreversible que el flúor causa a la función cognitiva infantil.

Los críticos argumentan que el estudio, publicado en JAMA Health Forum , es un intento desesperado de apuntalar una política de salud pública fallida, que prioriza los intereses corporativos sobre la salud humana. Con más de 350 estudios que vinculan el flúor con daños neurológicos, ¿por qué los investigadores y los legisladores siguen ignorando el cerebro en favor de los dientes?

Puntos clave:

  • Un estudio financiado por Harvard afirma que poner fin a la fluoración del agua costaría 9.800 millones de dólares en tratamientos de caries, ignorando los efectos neurotóxicos comprobados del flúor.
  • Los investigadores tienen vínculos con grupos de presión a favor del flúor, incluida la Asociación Dental Americana (ADA), que financia a uno de los autores del estudio.
  • El fluoruro agregado al agua no es un mineral natural, sino un subproducto industrial de la producción de fertilizantes de fosfato.
  • El estudio descarta hallazgos recientes de que el flúor reduce el coeficiente intelectual, aumenta el riesgo de TDAH y perjudica la función tiroidea.
  • La fluorosis dental, un signo visible de intoxicación por flúor, afecta al 32% de los niños estadounidenses, pero el estudio minimiza su gravedad.

El fraude del flúor: una dádiva de la industria química disfrazada de salud pública

La fluoración comenzó en la década de 1940 con el pretexto de prevenir la caries dental, pero sus orígenes distan mucho de ser benignos. El fluoruro que se vierte en el suministro público de agua es ácido hidrofluorosilícico, un subproducto tóxico de la minería de fosfato, que se vende a los municipios como método de eliminación económico. A diferencia del fluoruro de calcio natural, este residuo industrial contiene metales pesados ​​como el arsénico y el plomo, lo que plantea serias preocupaciones sobre la exposición a largo plazo.

A pesar de las afirmaciones de seguridad, la revisión de 500 páginas del Consejo Nacional de Investigación confirmó que la exposición sistémica al flúor presenta riesgos significativos para la salud. Sin embargo, la ADA y los CDC siguen promoviendo la fluoración, incluso cuando los estudios revelan sus mínimos beneficios dentales. Una revisión Cochrane de 2024 concluyó que el agua fluorada ofrece poca protección contra las caries en comparación con la higiene dental moderna, lo que hace obsoleta la medicación forzada.

Los autores del estudio de JAMA, Sung Eun Choi y Lisa Simon, argumentan que suspender la fluoración perjudicaría desproporcionadamente a los niños de bajos recursos. Sin embargo, la Dra. Kathy Thiessen, experta en flúor, desmiente esta afirmación: «El desarrollo de caries está mucho más relacionado con la dieta y la nutrición que con el flúor. Estados Unidos se beneficiaría más si destinara los fondos de fluoración a la atención dental y la nutrición para familias de bajos recursos».

Mientras tanto, el estudio ignora la neurotoxicidad del flúor, a pesar de que un tribunal federal dictaminó que los niveles actuales de fluoración representan un “riesgo irrazonable” para el coeficiente intelectual de los niños. El Dr. Hardy Limeback, exdirector de odontología preventiva de la Universidad de Toronto, criticó duramente las prioridades del estudio: “¿Por qué dañar el cerebro de 75 millones de niños o la apariencia de las sonrisas de 9 millones de niños, solo para intentar salvar quizás 25 millones de dientes?”.

La EPA, por orden judicial, debe revisar las regulaciones del flúor para tener en cuenta el daño cerebral ; sin embargo, el estudio descarta esto y cita editoriales financiados por la ADA para desacreditar la investigación sobre neurotoxicidad.

Los costos ocultos de la fluoración: del osteosarcoma al colapso tiroideo

Más allá de las caries, los peligros del flúor están bien documentados:

  • Disfunción tiroidea: el fluoruro imita al yodo, alterando la producción hormonal y contribuyendo potencialmente a la epidemia de hipotiroidismo del país.
  • Cáncer de huesos: un estudio de Harvard relacionó la exposición al flúor en niños pequeños con un riesgo 5 a 7 veces mayor de padecer osteosarcoma.
  • Fluorosis dental: los CDC admiten que el 32% de los niños estadounidenses tienen ahora este daño dental irreversible : prueba de sobreexposición sistémica.

Sin embargo, el “análisis de costos” del estudio omite estas consecuencias, incluidas las cargas de atención médica de por vida causadas por el TDAH, el autismo y la reducción del potencial de ingresos debido a un coeficiente intelectual más bajo.

En resumen: La fluoración no es atención médica, sino medicación forzada sin consentimiento informado. Mientras científicos independientes desafían este dogma obsoleto, la ciudadanía debe exigir el fin de este experimento antiético.

El estudio de Choi y Simon perpetúa el dogma, de larga data pero científicamente erróneo, de la Asociación Dental Americana (ADA) de que la fluoración del agua previene la caries dental, ignorando sus efectos neurotóxicos bien documentados. A continuación, desmantelamos el diseño engañoso del estudio, sus suposiciones erróneas y la supresión de evidencia crucial, a la vez que exponemos los factores dietéticos como la verdadera causa de la caries dental y al flúor como neurotoxina.

Diseño de estudio engañoso y supresión de evidencia de neurotoxicidad

El estudio afirma explícitamente: “Debido a que no hay consenso sobre los efectos neurocognitivos del flúor en los niveles utilizados en el síndrome de Prader-Willi… no incluimos este resultado en el modelo”.

Esta es una omisión evidente, dado que:

  • Treinta y cuatro estudios (citados por Fluoride Action Network) vinculan la exposición al fluoruro con una reducción del coeficiente intelectual en los niños.
  • Un estudio patrocinado por UNICEF descubrió que 0,88 mg/L (dentro del rango recomendado en EE. UU.) reduce el coeficiente intelectual.
  • El Programa Nacional de Toxicología (NTP) confirmó la neurotoxicidad del fluoruro, pero el estudio lo desestima afirmando que “no existe consenso”, una evasión deliberada.

Al excluir el daño neurocognitivo, el estudio selecciona cuidadosamente los datos para apoyar la fluoración e ignora su consecuencia más peligrosa: el daño cerebral.

Confianza en datos obsoletos sobre caries

El estudio supone que la fluoración reduce las caries, pero:

  • Las investigaciones modernas demuestran que la dieta (no el flúor) es el principal determinante de la salud dental. Países como Dinamarca y Suecia (sin flúor) tienen tasas de caries más bajas que Estados Unidos.
  • La caries dental ha disminuido a nivel mundial, incluso en regiones sin flúor, debido a una mejor nutrición, higiene y cuidado dental, no al flúor.
  • La fluorosis dental (intoxicación por flúor) afecta a aproximadamente el 50% de los niños estadounidenses, lo que demuestra una sobreexposición sistémica.

El estudio no controla los factores dietéticos y atribuye erróneamente la reducción de las caries al flúor en lugar de a un mejor acceso a la atención dental, a la pasta dental con flúor y a la nutrición.

Análisis costo-beneficio defectuoso

El estudio afirma que la fluoración ahorra 9.800 millones de dólares en 5 años, pero:

  • Ignora la carga económica de la pérdida de coeficiente intelectual inducida por el flúor, que los investigadores de Harvard estiman que cuesta entre 7 y 20 mil millones de dólares anuales en pérdida de productividad.
  • No tiene en cuenta los costos médicos de las afecciones relacionadas con el flúor: disfunción tiroidea, cáncer de huesos y trastornos del desarrollo neurológico.
  • La métrica de “años de vida ajustados por calidad (AVAC)” está manipulada: la neurotoxicidad del flúor reduce los AVAC, pero el estudio omite este dato.

Esta contabilidad unilateral distorsiona el verdadero coste de la fluoración: atención dental barata a expensas de daño cerebral.

La verdad sobre la salud dental: Dieta, no flúor

La afirmación de la ADA de que el flúor previene las caries es una ciencia obsoleta. Las verdaderas causas de la caries dental son:

  • Azúcar y alimentos procesados ​​(que alimentan las bacterias que causan caries).
  • Deficiencias de vitaminas (D, K2, A) críticas para la remineralización del esmalte.
  • Mala higiene bucal (cepillado, uso de hilo dental).

El flúor no aborda estas causas fundamentales: simplemente enmascara los síntomas mientras envenena el cuerpo.

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