Fuente: La Gaceta de la Iberosfera
Por Carlos Esteban
Menudo anticlímax: tanto tiempo esperando ansiosamente que el FBI hiciera pública la famosísima «lista de Epstein«, en referencia al presunto proxeneta de la élite en Estados Unidos que murió a la espera de juicio en su celda, y ahora nos informan desde la oficialidad de que no existe tal lista. Y no hay pruebas de que sometiera a chantaje a nadie. Ah, y se suicidó.
Es difícil saber por qué el financiero Jeffrey Epstein y su socia Ghislaine Maxwell fueron acusados por el Departamento de Justicia de tráfico sexual, y Maxwell fue condenada. Según el Departamento de Justicia, aparentemente ninguno de los dos tenía clientes.
En una nota del FBI publicada por el portal informativo Axios, los agentes aseguran haber revisado más de 300 gigabytes de pruebas sin encontrar ninguna operación extensa de tráfico de personas o chantaje sexual. Esta revisión sistemática no reveló ninguna lista de clientes incriminatoria. Tampoco se encontraron pruebas creíbles de que Epstein chantajeara a personas prominentes como parte de sus acciones. «No descubrimos evidencia que pudiera fundamentar una investigación contra terceros no acusados», afirma la nota, que no lleva firma.
El FBI también ha reiterado su afirmación previa de que Epstein se suicidó. Para demostrar que la celda de Epstein estaba protegida la noche en que supuestamente se quitó la vida, el FBI ha publicado imágenes de la cámara que grababa. Sin embargo, la cámara sólo mostraba un pequeño fragmento de una escalera que conducía a la celda de Epstein.
Dada la importancia de los personajes que se han relacionado con el difunto —Bill Clinton, el ex primer ministro israelí Ehud Barak, el príncipe Andrés, Bill Gates y muchos más—, algunos afirman que su muerte fue en realidad un ataque para silenciarlo. Entre quienes defienden esta teoría se encuentra su expareja, Maxwell, quien cumple una condena de 20 años de prisión por tráfico sexual.
