La ley Sharia ya es legal en Austria: ¿qué le depara el futuro a Europa?

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Traducido de The Expose por Tierrapura

El Tribunal Regional de Viena acaba de ratificar un contrato basado en la sharia, una decisión que ha generado polémica en Austria, Europa y Occidente. A primera vista, se trata de una excepción excepcional, pero el precedente que sienta la sentencia plantea la preocupación de que sistemas jurídicos paralelos estén comenzando a infiltrarse en las democracias occidentales. El caso, centrado en la ejecución de una sentencia financiera de 320.000 euros bajo los términos contractuales de la sharia, ha sido calificado de «profundamente preocupante» por políticos que afirman que podría socavar la primacía del derecho nacional.

¿Cómo se mantuvo la ley islámica en Austria?

Un contrato redactado explícitamente bajo la ley islámica entre dos socios comerciales se consideró válido y ejecutable dentro del marco legal austriaco. Si bien es cierto que la legislación austriaca ha reconocido ocasionalmente acuerdos religiosos privados en casos específicos en el pasado, esta sentencia parece haber ido mucho más allá. En efecto, el tribunal ratificó el carácter vinculante de los principios de la sharia en litigios civiles.

Para lo que parece ser la mayoría de los observadores, cruzó una línea peligrosa.

Para el Partido Popular Austriaco (ÖVP), la sentencia ha sido calificada de «profundamente preocupante», señalando que la sharia contiene disposiciones que contradicen directamente los valores europeos y la igualdad jurídica, como las normas relativas a las mujeres, la herencia y los derechos familiares. El ÖVP anunció de inmediato nuevas medidas para prevenir casos similares, advirtiendo que el Estado de derecho austriaco no puede verse erosionado por sistemas paralelos.

Mientras tanto, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) declaró en un comunicado de prensa que « la sentencia eleva a las sociedades islámicas paralelas en Austria y debilita a las fuerzas que no quieren someterse al islam. Un día triste para el Estado constitucional laico ». Un miembro del partido se hizo eco de esta opinión, escribiendo que « la sharia es incompatible con la concepción austriaca del derecho y viola todas las normas morales que conozco ».

Incluso la Comunidad Cultural Turca (TKG) protestó por la decisión de reconocer la sharia, destacando que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) había dictaminado previamente en 2003 que la sharia y la consiguiente introducción de sistemas jurídicos paralelos estaban prohibidas en Europa. El secretario general de la TKG escribió: « La decisión del tribunal de Viena supone una intervención importante, hoy en la economía secular, y mañana quizás en las regulaciones de producción, servicios y ventas ».

Una reacción dividida

Quienes apoyan la sentencia argumentan que las personas deberían tener la libertad de celebrar contratos bajo cualquier marco que deseen, siempre que no infrinjan directamente la legislación austriaca. Consideran esto como un simple reconocimiento de un contrato, respetando el multiculturalismo y la libertad religiosa.

Mientras tanto, los opositores, incluyendo políticos y juristas, advierten de una situación peligrosa. Si los tribunales austriacos legitiman un contrato comercial con base en la sharia, ¿qué otros «acuerdos» celebrados bajo ella harán cumplir? ¿Qué ocurre con los divorcios, las disputas sucesorias o las batallas por la custodia? Una vez que un sistema legal paralelo gane reconocimiento —como en este caso específico—, los críticos temen que pueda expandirse gradualmente más allá de los contratos comerciales y comenzar a desafiar el derecho europeo en su conjunto.

Estudio de caso: ¿Qué sucede cuando las leyes chocan?

Para comprender las implicaciones de esta sentencia, es importante comprender un ejemplo de las enormes diferencias entre las leyes. Por ejemplo, en materia de herencias:

  • En el derecho austriaco, los hijos (hijos e hijas por igual) tienen derecho a partes iguales de la herencia de sus padres. Los cónyuges (hombre y mujer) también gozan de derechos protegidos.
  • Sin embargo, bajo la ley sharia, las hijas tienden a heredar sólo la mitad de lo que heredan los hijos, y las viudas reciben menos que sus parientes varones.

Por lo tanto, si los tribunales austriacos siguen reconociendo testamentos o contratos basados ​​en los valores de la sharia, es probable que las familias se vean envueltas en amargas disputas en las que se les niega a las mujeres la igualdad de protección que la ley austriaca ha garantizado durante décadas. Para muchos europeos, este estudio de caso es solo un ejemplo de cómo permitir que las sentencias de la sharia se incorporen al sistema legal constituye un precedente peligroso, que pone de relieve cómo los principios de igualdad, ganados con tanto esfuerzo, corren el riesgo de ser reemplazados por códigos religiosos importados del extranjero.

Austria: un país en la encrucijada

El país lleva mucho tiempo luchando por equilibrar la integración con la autonomía cultural, especialmente dada su creciente población musulmana. Si bien no es un debate nuevo en cuanto a las diferencias culturales y su mejor gestión, la idea de que la ley islámica pueda aplicarse en un tribunal europeo parece haber tocado una fibra sensible.

Otros comentaristas han advertido que esto no se limita a Austria. Es fácil imaginar que este precedente se extienda por todo el continente, dados los sistemas jurídicos interconectados de la UE. Si es legalmente posible mantener los contratos basados ​​en la sharia, ¿qué impide que Francia, Bélgica o Alemania sigan el ejemplo?

Las ciudades europeas ya experimentan una creciente presión por parte de grupos islamistas para obtener el reconocimiento local del arbitraje de la sharia en asuntos familiares o financieros. Es probable que la sentencia del tribunal austriaco en este caso impulse estos esfuerzos y corra el riesgo de fragmentar las normas jurídicas dentro de Europa.

Preocupaciones por una creciente influencia islámica

En el centro de este único caso jurídico hay una ansiedad cultural más profunda: ¿está el Islam remodelando lentamente la sociedad europea y sus leyes desde dentro?

Para muchos críticos, esta sentencia no se percibe como un caso aislado, sino como una prueba más de una influencia silenciosa pero creciente sobre Occidente. Se dice que cada victoria legal socava las tradiciones seculares e históricas de Europa y comienza a plantear interrogantes sobre quién establece las reglas. Y la persistencia de las demandas complacientes para el reconocimiento de las tradiciones y leyes islámicas no tranquiliza a quienes se preocupan por el cambio cultural que se está produciendo.

Entonces, ¿qué sigue?

El gobierno austriaco ha prometido medidas legislativas para reafirmar la primacía de la ley austriaca sobre cualquier código religioso. Sin embargo, para muchos, el daño podría ya estar hecho, y Europa se ve obligada a afrontar la cuestión de hasta dónde debería llegar realmente la adaptación multicultural.

Esta sentencia podría resolverse si el gobierno toma las medidas mencionadas. Pero también podría marcar un antes y un después, no solo para Austria, sino para toda Europa. Las generaciones mayores afirman que esta sentencia representa una erosión de la seguridad jurídica que ha perdurado durante toda su vida, y los jóvenes europeos (en particular, aquellos preocupados por las libertades futuras) se preguntan: si los tribunales nacionales pueden validar la sharia hoy, ¿qué leyes regirán nuestras vidas en el futuro?

¿Es esto una advertencia para Europa?

La cuestión más amplia aquí va mucho más allá del contrato comercial. Plantea la pregunta de quién establece las normas de un país: ¿los parlamentos elegidos democráticamente o los códigos religiosos importados? Como señalan los críticos, los sistemas jurídicos europeos se construyeron durante siglos para defender la democracia secular y proteger los derechos individuales. Diluir ese fundamento, incluso en casos aislados, corre el riesgo de sentar un precedente que podría cambiar fundamentalmente la sociedad y el carácter de Europa.

Pensamiento final

La sentencia austriaca puede parecer una decisión técnica, pero sus consecuencias podrían ser profundas y de gran alcance. Que Europa logre o no poner punto final a este asunto podría determinar su futuro cultural, que muchos ya temen que se muestre sombrío.

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