Un destacado analista de Wall Street advierte que se desencadenará una «profunda recesión» mundial inminente que dará paso al dinero digital

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Traducido de Slay News por TierraPura

El reconocido experto en datos de Wall Street, Edward Dowd, está haciendo sonar la alarma sobre lo que él llama una crisis financiera sin precedentes que se está gestando en Estados Unidos y que podría eclipsar incluso la crisis de 2008.

Dowd, exgerente de cartera de Wall Street y socio fundador de Phinance Technologies, supervisó un fondo de acciones de crecimiento de 14 mil millones de dólares en BlackRock.

También fue coautor de “Causa desconocida: la epidemia de muertes súbitas en 2021 y 2022”.

Dowd advirtió en una entrevista reciente que es probable que se produzca una “profunda recesión” en los próximos 6 a 12 meses, impulsada por el colapso del mercado inmobiliario, caídas de las acciones, pérdida de empleos y oleadas de quiebras bancarias.

En el centro de su análisis está la consolidación del sistema bancario.

Dowd predice que a medida que los bancos más pequeños quiebren, la industria se consolidará en menos instituciones, mucho más grandes, un precursor necesario, argumenta, para la introducción de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC).

Un sistema de CBDC, o “dinero digital”, daría a los gobiernos y a los bancos centrales un control sin precedentes sobre las transacciones y el comportamiento financiero personal.

Dowd explicó que si bien el dólar estadounidense sigue siendo “la camisa más limpia en un trapo sucio”, su papel como moneda de reserva mundial está bajo presión.

Con entre 17 y 18 billones de dólares de deuda externa denominada en dólares, los países no pueden escapar fácilmente de la dependencia del dólar sin desencadenar un colapso deflacionario.

Aun así, ve ciclos que se alinean con lo que él llama “el estallido de la mayor burbuja económica de la historia”.

Mientras tanto, las correlaciones entre el dólar y Bitcoin sugieren que el debilitamiento del dólar podría provocar turbulencias en los mercados de criptomonedas, con la mayoría de los tokens encaminándose al colapso.

Dowd recordó la crisis del mercado de repos de 2019 y el gasto masivo que siguió durante la pandemia.

Los bancos centrales imprimieron, los gobiernos gastaron y la inflación se disparó.

Según Dowd, la administración Biden echó gasolina al fuego al registrar déficits récord, gran parte del cual está vinculado a operaciones logísticas para la inmigración ilegal masiva.

Esta afluencia, sostiene, distorsionó los indicadores normales de recesión, especialmente en el sector de la vivienda.

Los alquileres elevados enmascararon grietas en el mercado, pero con la reversión de los flujos migratorios, esos apoyos están desapareciendo, preparando el escenario para una crisis inmobiliaria de lenta evolución.

Dowd comparó la crisis inminente con un híbrido de los años 2000 y 2008 combinados: una burbuja de acciones tecnológicas en explosión acompañada de un mercado inmobiliario en colapso.

Se espera que las acciones de construcción de viviendas caigan entre un 30% y un 50%, una señal importante de una crisis inmobiliaria más profunda, mientras que las valoraciones de las acciones impulsadas por la tecnología son insostenibles.

“Si usted invierte todo su dinero en acciones aquí y ahora, sus rendimientos a 10 años vista serán pésimos”, advirtió.

Dowd señaló que la Reserva Federal evitó por poco una crisis bancaria en 2023 al rescatar instituciones a través del Programa de Financiamiento a Plazo Bancario.

Pero esta vez, advierte, el deterioro del crédito, desde el inmobiliario comercial hasta el crédito privado mediante la financiación Ponzi, puede ser demasiado severo para que la Fed pueda disimularlo.

Los bancos regionales podrían quebrar, allanando el camino para una consolidación forzada en megabancos.

«Si se desea introducir una moneda digital emitida por un banco central, es mucho más fácil hacerlo cuando hay menos bancos», afirmó Dowd anteriormente.

Mientras los bancos centrales acumulan oro silenciosamente y preparan la infraestructura digital, Dowd ve un impulso a largo plazo para remonetizar el oro junto con experimentos en tokenización y “contratos inteligentes”.

Sin embargo, el panorama más amplio, advierte, es que 137 países, que representan el 98% del PIB mundial, ya están explorando las CBDC.

En una crisis global, el miedo y el pánico podrían utilizarse como armas para desplegarlos.

Un sistema CBDC daría a las élites el poder de dictar la velocidad con la que se gasta el dinero, en qué se puede gastar e incluso imponer cuotas de consumo personal, desde alimentos hasta combustible y viajes, todo bajo el pretexto del “cambio climático” o la “seguridad pública”.

Dowd advierte que la inminente recesión, sumada a una reestructuración bancaria, es el escenario perfecto para esta histórica toma de poder.

“Piensen en los años 2000 y 2008 juntos”, dijo sobre la crisis que se avecina.

Pero esta vez, sostiene, el objetivo final no es sólo estabilizar los mercados, sino restablecer el propio sistema financiero y encerrar a los ciudadanos comunes en un futuro de control digital.

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