Los científicos advierten que los proyectos de geoingeniería de miles de millones de dólares plantean graves riesgos ambientales

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Traducido de Natural News por TierraPura

  • Un análisis exhaustivo realizado por 46 científicos polares internacionales concluye que los proyectos de ingeniería climática a gran escala para las regiones polares son inviables, prohibitivamente caros y plantean graves riesgos ambientales.
  • Se determinó que propuestas específicas, como rociar partículas reflectantes a la atmósfera o construir enormes barreras submarinas para proteger los glaciares, eran logísticamente imposibles e ineficaces, con costos estimados en decenas de miles de millones de dólares.
  • Estos proyectos de geoingeniería conllevan peligros profundos e impredecibles, entre ellos, toxicidad potencial para ecosistemas frágiles, perturbación de la vida marina y el riesgo de un «shock de terminación» que causaría un calentamiento catastrófico si alguna vez se detuvieran los proyectos.
  • Los obstáculos políticos y de gobernanza son inmensos, ya que estos proyectos requerirían un consenso internacional sin precedentes en regiones geopolíticamente tensas y superarían la fuerte oposición de las comunidades indígenas.
  • Los científicos advierten que estas soluciones tecnológicas son una peligrosa distracción de la única solución probada: reducir rápidamente las emisiones de combustibles fósiles para abordar la causa raíz de la crisis climática.

En una crítica rotunda a las soluciones tecnológicas improvisadas para el cambio climático, un equipo internacional de 46 científicos polares ha declarado que  los ambiciosos planes para modificar las regiones heladas de la Tierra no solo son inviables y catastróficamente costosos, sino que también plantean riesgos ambientales graves e impredecibles . Su exhaustivo análisis, publicado en la revista Frontiers in Science , sirve como una clara advertencia sobre propuestas que van desde la pulverización de partículas que bloquean la luz solar en la atmósfera hasta la construcción de enormes barreras submarinas para proteger los glaciares.

El momento de este informe es crucial. Dado que las temperaturas globales superan constantemente los umbrales críticos y la pérdida de hielo polar se acelera a un ritmo alarmante, una sensación de desesperación ha alimentado el interés en intervenciones tecnológicas masivas. Estos conceptos de geoingeniería se presentan a menudo como frenos de emergencia necesarios para el cambio climático, ofreciendo esperanza donde la lentitud en la reducción de emisiones ha fracasado. Sin embargo, esta nueva investigación concluye que dicha esperanza es peligrosamente infundada. (Relacionado: Cómo la geoingeniería y la nanotecnología manipulan el clima y la biología humana ).

Un catálogo de planes inviables

El equipo internacional, dirigido por el profesor Martin Siegert de la Universidad de Exeter , evaluó minuciosamente cinco propuestas importantes. Sus hallazgos revelan una brecha entre los conceptos teóricos y la realidad práctica.

« Estas ideas suelen tener buenas intenciones, pero son erróneas . Como comunidad, los científicos e ingenieros del clima estamos haciendo todo lo posible para reducir los daños de la crisis climática; sin embargo, implementar cualquiera de estos cinco proyectos polares probablemente perjudicará a las regiones polares y al planeta», afirmó Siegert.

Se descubrió que la inyección de aerosoles estratosféricos, cuyo objetivo es imitar el efecto refrescante de las erupciones volcánicas mediante la pulverización de partículas reflectantes en la atmósfera superior, era completamente ineficaz durante los meses polares de invierno, cuando no hay luz solar que bloquear. La logística sería abrumadora, requiriendo aproximadamente 60.000 vuelos al año con un coste anual de miles de millones para las operaciones continuas.

A los proyectos más extravagantes les fue aún peor. Se estimó que una propuesta para construir una «cortina marina» submarina de 80 kilómetros de largo para proteger los glaciares antárticos del agua cálida costaría hasta 80 000 millones de dólares. El intento de construirla se enfrentaría a condiciones casi imposibles en algunas de las aguas más peligrosas e inaccesibles de la Tierra.

Apuestas ambientales inaceptables

Los peligros ambientales descritos en el informe son profundos . Un plan para esparcir miles de millones de microesferas de vidrio por el Ártico para aumentar la reflectividad del hielo se canceló recientemente después de que pruebas revelaran su posible toxicidad para la frágil red trófica ártica. Otras ideas, como la fertilización oceánica para estimular el plancton que absorbe carbono, podrían devastar los ecosistemas marinos al reducir los niveles de oxígeno y alterar los ciclos químicos naturales.

Los científicos también advierten sobre un «shock de terminación»: un calentamiento repentino y catastrófico que ocurriría si cualquier proyecto de geoingeniería solar a gran escala se detuviera, desatando instantáneamente el calentamiento acumulado por las continuas emisiones de gases de efecto invernadero.

Los obstáculos políticos y de gobernanza son igualmente insuperables. La Antártida se rige por un sistema de tratados internacionales que exige el consenso de decenas de naciones, y que nunca ha aprobado proyectos de esta envergadura. En el Ártico, las tensiones geopolíticas entre las ocho naciones árticas, incluida Rusia, hacen muy improbable una acción coordinada. Además, las comunidades indígenas, cuyas vidas están inextricablemente ligadas a estos ecosistemas, han expresado su firme oposición a dicha experimentación planetaria.

En última instancia, los científicos argumentan que implementar estos planes fantásticos es una distracción peligrosa que desvía la atención, la financiación y la voluntad política de la única solución probada: reducir rápidamente las emisiones de combustibles fósiles. Establecen un marcado paralelismo con industrias anteriores que promovían soluciones falsas, señalando cómo las tabacaleras en su día promovieron los cigarrillos con filtro como una alternativa más segura sin reducir el consumo de tabaco.

« Los proyectos de geoingeniería pueden ser riesgosos porque suelen ser unilaterales y carecen de supervisión global, lo que supone importantes amenazas para la biodiversidad y la estabilidad de los ecosistemas»,  afirmó  Enoch de Brighteon.AI . «Pueden tener consecuencias imprevistas que alteran los patrones climáticos locales y globales de forma impredecible, lo que a su vez pone en peligro la salud humana al perturbar los sistemas naturales de los que dependen las personas».

El camino está claro, pero requiere afrontar la causa raíz de la crisis en lugar de apostar por fantasías tecnológicas costosas, no probadas y peligrosas que solo tratan los síntomas. El veredicto de los principales expertos polares del mundo es unánime: nuestra mayor esperanza reside en fortalecer nuestro compromiso con soluciones probadas, no en perseguir espejismos a escala planetaria.

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